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Bote Bóreas

La Palma: una isla que construye futuro mirando al mar

La botadura del Bóreas es la primera imagen tangible de un proyecto que va mucho más allá de la construcción de una embarcación. Cultura Mágica, a través del proyecto Dardo, plantea una hoja de ruta para formar, recuperar, empoderar y proyectar: no solo a las personas, sino a un modelo de desarrollo que mira al mar como oportunidad.

La Palma tiene memoria. En el siglo XIX fue referente atlántico en la construcción naval, gracias a la saga, entre otros, de los Arozena, que llegaron a construir embarcaciones de hasta 900 toneladas para el comercio transoceánico. El puerto de Santa Cruz fue clave en las rutas comerciales con América, generando empleo cualificado y tejido económico.

Reactivar esa tradición no es una mirada nostálgica, sino una apuesta de futuro

Posicionar La Palma como enclave estratégico para la reparación y mantenimiento naval, la formación técnica especializada y el turismo cultural vinculado al mar. En esa línea se enmarcó la construcción del Bóreas, una embarcación artesanal de madera de pino, obra del maestro Jordán junto a un equipo intergeneracional de voluntarios y estudiantes —entre ellos, dos alumnas Erasmus procedentes de Francia y Alemania—. Su botadura representa un hito en la recuperación del oficio tradicional de la carpintería de ribera y evidencia que el legado marítimo puede convertirse en motor de innovación, empleo y cohesión comunitaria.

Una travesía que comienza

Esta botadura no es un epílogo: es el inicio de un viaje. El Bóreas marca el punto de partida de una nueva etapa en la que el oficio histórico, la innovación cultural y la identidad isleña se unen para crear oportunidades reales de empleo, arraigo y desarrollo local. La Palma recupera su voz, su puerto y su mar como impulso para el futuro —una isla que construye barcos, pero por encima de todo, construye futuro.

Este proyecto ha contado, además, con la colaboración del Real Nuevo Club Náutico de La Palma, en cuyas instalaciones se construyó el bote, y con el apoyo de colaboradores como Fred Olsen, Puerto Calero–Marina La Palma, Spar, Bodegas Teneguía, Escuela de Vela del Cabildo de La Palma, Remolcador Boluda y todas las personas y empresas que de forma voluntaria han contribuido a su creación.